Tratamiento contra el COVID-19 posiblemente requiera más de una vacuna.
Los casos de coronavirus siguen ascendiendo día a día y aún es muy pronto para decir que hemos un paso adelante, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una situación que se ha salido de control, especialmente en aquellos países donde no se logró atacar éste brote a tiempo y hoy en día siguen sufriendo por ésta pesadilla.
Los médicos y expertos siguen trabajando a diario para lograr contener éste terrible brote. Científicos de todas partes del mundo esperan tener una vacuna, lo que realmente está en duda es si alguna de éstas será efectiva para lograr dar fin a todo esto y, si será necesaria más de una aplicación por cada persona de acuerdo a la respuesta de cada organismo.
El virus transmitido por el SARS-CoV-2 puede influir de diferentes formas en cada paciente. Éstos factores son determinados principalmente por la edad y si la persona presenta algunas condiciones o dificultades respiratorias, así como también el caso de pacientes que tienen hipertensión o diabetes. Pero la respuesta inmune ante el virus será eficaz dependiendo de cómo reaccione el organismo de cada persona y el tiempo en el que controle la infección. Luego de que una persona haya pasado por una infección, en su cuerpo quedan aproximadamente 100 linfocitos de memoria, que rondarán en la sangre y órganos, desarrollando una respuesta inmune si específica en caso de que la persona vuelva a ser atacada por el mismo patógeno. Sin embargo, éstas células no son permanentes, ya que van muriendo con el paso de la edad y las condiciones de vida que lleve una persona. Las principales células inmunes son: las gammadelta (γδ) y las Natural Killer o NK.
Los macrófagos, γδ y NK no reconocen una proteína específica del patógeno, sino más bien patrones moleculares de daño o estrés celular. Por otra parte, los linfocitos responden a una determinada proteína del patógeno.
En comparación, se podría decir que una vacuna desarrollada contra una proteína específica del virus generaría una mejor respuesta inmune en jóvenes y adultos, mientras que una vacuna contra el virus completo podría tener más eficacia en los niños y ancianos. Recientemente, el portfolio de vacunas en desarrollo contra el COVID-19 es de 163, y la mayoría de éstas siguen los patrones de las estrategias de la siguiente imagen:
Mejor aportar y sumar esfuerzos entre todos
Por lo pronto, mientras se siguen desarrollando cada uno de éstos fármacos, se espera una alianza entre todos éstos avances y disponer de distintas opciones para administrar la más adecuada dosis a cada paciente.