La tecnología dificulta de gran manera el sueño.
El siglo XXI tiene la generación más apegada a la tecnología, redes sociales y equipos electrónicos que sirven para la distracción. Todos hemos tenido la experiencia de olvidar el tiempo y sumergirnos en una aplicación por horas y más horas. A raíz de la cuarentena, estos patrones se han agudizado y han traído consigo un problema que es de suma importancia para la integridad y salud del ser humano.
Ante todas las restricciones impuestas, a ciertas personas les resultaba difícil conciliar el sueño, pero con la llegada del coronavirus y las medidas de prevención, esto se ha incrementado a un número de personas mucho mayor.
¿Cómo influyen los aparatos electrónicos en el sueño?
Son muchas las actividades que se realizan en casa para luchar con el aburrimiento, desde hacer ejercicio, leer y recrearse con juegos de mesa. Sin embargo, en la noche, la mayoría termina en su cama, relajado, con el teléfono en la mano, actualizando las redes y demás. Posteriormente a ello, nos cuesta conciliar el sueño, incluso si contamos ovejas saltando.
Respecto a esta extraña situación el profesor de la universidad CEU San Pablo de España, David Baeza, ha dicho lo siguiente: «no se trata tanto en la luz que emiten los equipos electrónicos sino en cuando se utilizan, el tiempo que se utilizan y la insuficiente iluminación en el lugar donde se utiliza».
Este experto habla sobre la importancia de no usar estos equipos después de las 9 de la noche, hora en la que los psicólogos y médicos recomiendan irse a la cama, para que el cerebro descanse de la actividad del día, ya que retardan el sueño al menos por cuarentena minutos.
¿Qué ocurre?
Cuando se usan por largos periodos de tiempo estos aparatos, la luz que es captada por nuestros ojos y llevada al cerebro, activa sobremanera la actividad de las neuronas, al igual que la información que ellos nos transmiten ocupan al cerebro en gran medida, tanto así que se aleja de entrar en estado de reposo.Baeza, dice que existe una muy mala relación entre los equipos tecnológicos y sus sueños, ya que logran atrofiar nuestro descanso. Por eso se recomienda regular su uso por tiempos cortos y alejados de la hora en que corresponde dormir. Sobretodo hay que llamar la atención de los niños y adolescentes que son los que más los usan.