Los 20 mandamientos del líder de Jarabe de Palo antes de morir.

El tiempo pasa muy rápido en nuestras vidas que no nos damos cuenta que en un despertar de ojos ya tenemos muchos más años y comenzamos a envejecer. Éste es el momento en el que quizás muchas personas comienzan a plantearse la vida desde otra perspectiva, con más madurez, nuevos propósitos, especialmente si sabes que tu tiempo en éste mundo está contado. Tener un diagnóstico de vida tiene sus ventajas y desventajas, pues es un hecho que permite cambiar nuestra vida de una forma radical y aprovechar el tiempo que nos quede para compartir con nuestros seres queridos o llevar a cabo actividades que siempre quisimos desde jóvenes.

La triste pérdida de Pau Donés, el reconocido cantante, guitarrista y compositor español que se desempeñaba como vocalista del grupo musical Jarabe de Palo, no pudo resistir la batalla contra el cáncer y, luchó hasta el final contra ésta terrible enfermedad hasta fallecer el pasado 9 de junio con 53 años. Sin duda éste lamentable hecho ha consternado a muchas personas y seguidores de su música, pero así mismo una serie de mensajes alentadores y una lección de vida de la vida que éste había llevado durante los últimos 5 años de enfrentarse al cáncer.

Una de sus últimas creaciones fue una autobiografía titulada «50 palos… y sigo soñando», éste resalta sus ganas de seguir viviendo y una energía positiva que contagia a cada persona que lo lee, pero además, habló del asunto a las claras: “A los cincuenta años ya poca tontería te queda, pero si además te diagnostican un cáncer, pues todavía menos”.
En las páginas de éste escrito plantea lo siguiente: «Una de las cosas que tiene el no saber qué es lo que va a pasar con tu vida es que inmediatamente estableces un orden de prioridades con respecto a las cosas que realmente son importantes para ti».

Pau decidió aprovechar al máximo sus días y se fue a Los Ángeles para pasar más tiempo con su hija, a la cual sentía que no le había dedicado todo el tiempo que quisiera, y así mismo escribió una veintena de mandamientos que dejó plasmado en el mencionado libro y que ahora quedan como parte de su legado.

1. Que sepamos vivir el presente.

2. Que no perdamos el tiempo pensando en el futuro.

3. Que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos.

4. Que dejemos de hacer montañas de granitos de arena.

5. Que la tristeza nos dé ganas de reír. Que nos riamos mucho.

6. Que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con los amigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana.

7. Que aprendamos a decirnos “te quiero” sin que nos dé vergüenza.

8. Que nos besemos, nos toquemos y nos achuchemos mucho.

9. Que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio.

10. Que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos.

11. Que nos peleemos lo menos posible. Estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡A la mierda el ego y el orgullo!

12. Que nos dejemos de rollos, de chorradas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve pa’ ná.

13. Que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir.

14. Que decidamos por nosotros mismos. Que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros.

15. Que cuando la vida nos cierre una ventana sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando.

16. Que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien.

17. Que los cerebros de zafios, hipócritas, memos, mamelucos, corruptos, pesaos, estúpidos, tocapelotas, mentirosos, gilipollas… se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa.

18. Que a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara. O mala, que tampoco pasa nada.

19. Que la vida sea siempre un sueño.

20. Y, en fin, que a la vida le demos calidad, porque belleza sobra.