Fue atacada para robarle sus pertenencias y muere al no ser internada.

Para nadie es un secreto que la violencia siempre  ha permanecido en la sociedad sin distinguir clase social, creencia, religión ni cultura, ante esto todos podemos ser víctimas en cualquier momento de alguna situación que pueda atentar con nuestras vidas. En éste apartado te contamos el caso de Daiana Castillo, una chica de apenas 22 años que fue una de las tantas víctimas que a diario sufren por éstas acciones.

Daiana Ayelén Noemí Castillo era una joven que se dedicaba a trabajar en una tienda de ropa de bebés en Ocean, uno de los tres predios que componen La Salada. Durante los tiempos de aislamiento y cuarentena que fueron ajustados por el gobierno como medidas sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la feria está cerrada, por lo que recurrían a las redes sociales para vender la mercancía. El pasado domingo 7 de junio, Daiana y Marilú, su amiga, habían empaquetado ropa hasta la una y media de la mañana. Posteriormente, se dirigieron a la casa de otra persona haciendo caso omiso a las indicaciones de la cuarentena. Estuvieron allí hasta las cuatro, pero cuando se disponían a regresar a casa, fueron víctimas del hampa.

Mientra iban de regreso, éstas dos amigas se trasladaban en una moto junto a Franco Leguizamón, cuando a la altura de Espronceda y Puerto Argentino, en Villa Centenario, un auto se les atravesó y éstos perdieron el control.«Íbamos en la moto con mi amigo, yo en el medio y ella atrás. ‘Subí’, le dije; ‘no, andá vos en el medio que sos más chiquita», le respondió. Luego, un auto de marca Fox, color gris claro, les chocó por detrás. Inmediatamente éstos cayeron al piso y, Daiana estaba en el piso tirada esperando reaccionar pero, al notar que sus amigos estaban siendo apuntados, el auto había dado marcha atrás y la pisó.Al parecer los vecinos lograron escuchar todo el incidente y salieron a la calle inmediatamente alarmados por los gritos, pero los delincuentes habían escapado, llevándose además sus pertenencias, incluyendo los cascos y la moto.«Me desperté en medio del horror, no puedo borrar de mi cabeza los gritos de ella y el ruido del auto», dijo una vecina, horrorizada por el hecho. Apenas se retiraron los malechores, trasladaron a Daiana al centro de salud más cercano, en éste caso el Hospital Gandulfo, en donde no recibió la atención más adecuada por el personal de dicho centro de salud.

La joven fue dada de alta el mismo día domingo a las dos de la tarde, sin embargo, aún tenía una profunda herida en la entrepierna, pero según informó el centro, no había ninguna ginecóloga disponible para tratarla. Mientras tanto ésta aún seguía en condiciones críticas cuando, el martes tuvieron que llevarla nuevamente al hospital, donde la operaron pero, al presentar éstas terribles infecciones, no logró soportar la anestecia, por lo que hizo tres paros que la llevaron a la muerte.

Sin duda alguna un acto lamentable por parte de éstas personas que no les interesa el dolor ajeno, incluyendo también al personal de aquel centro de salud que no pudo atenderla de la forma más humana.