Ansiedad, ¿como se maniesta?
La ansiedad la podemos definir como una reacción normal del hombre ante situaciones de peligro o de amenaza externa real o también interna, y aparente. Se la considera una de las emociones principales, ya que no solo es experimentada por todos los seres humanos sino que también se observan reacciones de ansiedad en todas las otras especies animales.
Se debe prestar atención a esta emoción normal, cuando esta se hace presente de manera no adaptativa, es decir que se desencadena o aparece frente a mínimos estímulos, desencadenando una respuesta exagerada en el organismo, cuando esta no es acorde a las circunstancias, cuando se vuelve permanente o aumenta su frecuencia e intensidad, con miedos que son intensos, no controlados por la persona que los presenta, y que interfieren en la actividad cotidiana, disminuyendo y afectando así la calidad de vida de quien lo presenta. Es aquí entonces donde podría caber el hecho de estar presente frente a un trastorno de ansiedad.
Los trastornos de ansiedad son un conjunto de enfermedades que se incluyen dentro de la rama y que son material de estudio de la psiquiatría, medico al que se debe consultar frente a la presencia de este tipo de síntomas mencionados previamente, donde se incluyen diferentes tipos entre los que encontramos: el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social, fobias específicas y el trastorno de ansiedad por separación, el trastorno de ansiedad debido a enfermedad, el trastorno de pánico, el mutismo selectivo, inducido por sustancias, y el no especificado.
Ahora bien hablemos específicamente brevemente de cada uno de estos tipos de trastorno de ansiedad:
- Trastorno de ansiedad generaliza: este es uno de los más frecuentes y se caracteriza por ansiedad y preocupación persistentes y recurrentes a lo largo del día frente a estímulos mínimos, actividades o eventos rutinarios. La preocupación siempre es en exceso y desproporcionada con la situación que preocupa, difícil de controlar de manera voluntaria.
- Trastorno de pánico: este se presenta por la presencia de episodios, generalmente de corta duración unos 10 minutos, que pueden aparecer más de unas vez a lo largo de un día, o en la semana, y que tienen un conjuntos de síntomas que son característicos y son: sudoración y manos frías, respiración dificultosa y agitada, dolor de pecho, aumento de los latidos cardiacos por minutos, con palpitaciones. Su aparición es repentina, y están desencadenadas por un miedo o terror intensos que alcanzan su pico de intensidad a la brevedad de su instauración. Se relacionan con la sensación de catástrofe y muerte inminente que la persona siempre refiere “siento que me voy a morir”, generando una vez finalizado el episodio agudo temor de la persona que estos vuelvan a ocurrir.
- Trastorno de ansiedad por separación: se presenta en la niñez y está dado por la ansiedad excesiva para el nivel de desarrollo del niño de la separación de los padres.
- Trastorno de ansiedad social: Se manifiesta por el miedo o terror ante situaciones sociales debido a la presencia de sentimientos de inseguridad, preocupación por ser juzgado o percibido negativamente, así como también vergüenza dando por resultado el rechazo a juntadas sociales, y rechazo de las mismas con el aislamiento consecuente social.
- Fobias específicas: Se manifiestan frente a un objeto especifico, ya sea un animal, como arañas, cucarachas e incluso objetos indefensos como botones, donde la persona tiene a evitar los mismos por el miedo y ansiedad que les genera.
- Mutismo selectivo: Generalmente se da en niños que tienen la incapacidad constante para hablar en ciertas situaciones como la escuela y el hogar en ocasiones.
Afecta generalmente a la mujeres en una proporción mayor, siendo la relación 2:1 en comparativa con el sexo masculino, siendo la edad de mayor incidencia y prevalencia entre los 15 a los 45 años de edad, apareciendo también en la población infantil.
Los síntomas se caracterizan por estar dados por un conjunto de manifestaciones que afectan la calidad de vida de quien lo padece, alterando su cotidianeidad laboral, familiar, escolar y social, conllevando otros problemas en la salud. Entre los síntomas del trastorno de ansiedad son de mencionar los siguientes:
Síntomas del trastorno de ansiedad
- Preocupación excesiva acerca de la salud, dinero, familia, trabajo, escuela, aunque no haya signos de problemas reales tangibles.
- Expectativas irracionales de los peores resultados en ciertas situaciones y circunstancias, habiendo tendencia a los pensamientos negativos, que se establecen de manera intrusiva en la persona, es decir de repente sin que este lo desee y pueda controlarlo.
- Incapacidad para relajarse, estar tranquilo, estando siempre en un estado de alerta aumentado.
- Sensación de nerviosismo contante o frecuente a lo largo del día.
- Agitación
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Irritabilidad, con cambios del humor
- Cansancio generalizado, fatiga.
- Aumento del ritmo cardiaco y aceleración de la frecuencia respiratoria, con la consecuente hiperventilación, dado por una secuencia de respiraciones superficiales y cortas.
- Sudoración y temblores.
- Alteraciones gastrointestinales.
- Dolores de cabeza y tensión muscular generalizada.
- Dificultad para tragar “nudo en la garganta”.
- Dificultad para conciliar o mantener el sueño.
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
Como reducir la ansiedad de forma natural
Estudios recientes en psiquiatría, sugieren que los probióticos seria beneficiosos para aliviar la ansiedad. Estos obtenidos a través del consumo de alimentos ricos en probióticos generarían una disminución de la ansiedad de forma real y de sus síntomas. Dado este estudio es que se recomienda dentro del plan de alimentación diario que lleva una persona con ansiedad, aumentar la ingesta de:
- Alimentos ricos en zinc: anacardos, semillas de calabaza, arroz integral
- Alimentos ricos en pro bióticos: encurtidos, chucrut, kimichi.
- Alimentos ricos en magnesio: verduras de hoja verde como acelga, espinacas, legumbres y nueces.
- Alimentos ricos en vitamina B, como son el aguacate o palta y las almendras.
- Alimentos ricos en antioxidantes como: frijoles, manzanas, moras, fresas, frambuesas, nueces, alcachofas, col rizada, espinaca, remolacha, brócoli, cúrcuma y jengibre.
Siempre y esto es de suma importancia, que se presentes los síntomas mencionados con anterioridad a lo largo de este artículo se debe realizar una consulta con el profesional de la salud indicado. En este caso sería con el médico psiquiatra, pero si no tienes uno de referencia, primero podes acudir a tu medico clínico tratante quien también podrá evaluar este conjunto de signos y síntomas y tratarlo o bien derivarte con un especialista. Tener en cuenta que el hecho de no ser evaluado y no consultar con el medico puede empeorar los síntomas, retrasar el diagnóstico y esto no tiene nada de beneficioso. Asi con una correcta evaluación y diagnóstico oportuno se podrá establecer un tratamiento acorde a la situación y sentirte mejor.